Costa Rica debe apostar a la agricultura inteligente

En el 2014, la agricultura representó 4% del Producto Interno bruto (PIB) mundial y un 9% del PIB de Costa Rica. Esta industria, representativa por su tamaño y su impacto social, ha sido un emblema costarricense por muchos años.

Sin embargo, al tener que lidiar con diversas variables como las variaciones del clima, enfermedades y costos asociados, la agricultura es una industria sumamente vulnerable.

Hoy en día la tecnología brinda opciones de optimización en diferentes campos y la agricultura no tiene por qué ser la excepción.

Contamos con herramientas tecnológicas que permiten la optimización de la cadena de valor.

Por ejemplo, en la siembra de café, según datos de la FAO la enfermedad conocida como la roya resultó en un costo económico de $600 millones para los agricultores centroamericanos en el 2013.

Con herramientas tecnológicas modernas, ese costo se pudo haber reducido en un 25%.

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Estas herramientas son parte de la llamada agricultura inteligente. Software , drones y sensores son algunas de las herramientas que se utilizan.

Actores importantes como Dupont ya invierten una porción considerable en la investigación de en este tipo de tecnologías.

A nivel mundial, los inversionistas en capital de riesgo están apostando a esta tecnología.

La inversión pasó de $400 millones en el 2010 a $4.600 millones en el 2015, con un aumento anual de 166% en el 2014 y de 92% en el 2015.

Por su parte, Precision Hawk –una de las compañías a la vanguardia en este tipo de tecnologías a nivel mundial– ha logrado obtener $29 millones en capital de inversión privada desde su fundación en el 2011.

Esta empresa se encuentra expandiéndose por toda Latinoamérica y ya cuentan con presencia en Costa Rica.

La agricultura inteligente tiene la capacidad de convertirse en el motor que Costa Rica necesita para avanzar en el camino de un desarrollo sostenible.

POR JULIO NAVARRO - 20 AGOSTO 2016